El Déficit Atencional
(DA) es un trastorno que afecta la capacidad del individuo para prestar
atención. Los que lo padecen presentan dificultad para concentrarse y a veces
para controlar su conducta.
Algunos sujetos no pueden estar sentados por largos periodos de tiempo sin
sentirse inquietos e impacientes y se los considera hiperactivos. Otros que
tienen déficit de atención son exactamente lo contrario aunque también tienen
dificultad para prestar atención, no son considerados hiperactivos, pero
demoran más para hacer las cosas.
El niño que llega al mundo se inserta en el medio al que debe adaptarse, a
una familia ya existente, que al mismo tiempo debe aceptar al recién llegado.
El bebé en un comienzo es totalmente dependiente, es decir que depende de
los adultos para hacer cualquier cosa. Esta dependencia apunta, con el
desarrollo a convertirse en lo opuesto, ser independiente.
En los niños con Déficit Atencional estos cambios cuestan más, retardan
este pasaje de la dependencia a la independencia. Es así como vemos chicos que
no saben hacer practicamente nada solos y al mismo tiempo son extremadamente
exigentes con los que los rodean: "el pequeño tirano" como algunos
padres lo describen.
Conductas a tener en cuenta para detectar posible Déficit Atencional
Existen algunas pautas a tener en cuenta durante el primer año de vida de
un niño para detectar un posible síndrome de Déficit de Atención:
Conducta motora excesiva: los padres describen a estos niños como muy movedizos, inquietos, desde las primeras semanas.
Problemas de sueño: no duermen lo suficiente, se despiertan varias veces durante la noche o tardan en conciliar el sueño. La alteración en el sueño muestra la gran sensibilidad a cambios externos.
Problemas de alimentación: el niño ávido de experiencias, se mueve, traga mal la comida. Come ansiosamente, traga aire lo que produce comúnmente los llamados "cólicos".
Conducta motora excesiva: los padres describen a estos niños como muy movedizos, inquietos, desde las primeras semanas.
Problemas de sueño: no duermen lo suficiente, se despiertan varias veces durante la noche o tardan en conciliar el sueño. La alteración en el sueño muestra la gran sensibilidad a cambios externos.
Problemas de alimentación: el niño ávido de experiencias, se mueve, traga mal la comida. Come ansiosamente, traga aire lo que produce comúnmente los llamados "cólicos".
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